El obispo Manuel Sánchez Monge presidió la ceremonia religiosa

site de rencontre et chat en ligne En la jornada de ayer, domingo, tuvo lugar en la explanada del monasterio de Santo Toribio, el III Encuentro Nacional de Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes, donde acudieron además de la Hospitalidad de Lourdes de Santander, presidida por Javier Almagro, peregrinos procedentes de las Hospitalidades de Palencia, León, Vitoria, Bilbao y Oviedo.

http://repliken.se/?kostroma=dejta-korta-killar&eea=8f La misa se celebró en la explanada del monasterio y fue oficiada por el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, que concelebró con una docena de franciscanos del monasterio lebaniego y sacerdotes. El altar se colocó en la zona elevada cercana a la fuente, y en un lugar destacado presidió la ceremonia, la Reliquia del Lignum Crucis, así como una imagen de la Virgen de Lourdes, y los estandartes de las diferentes Hospitalidades presentes.

preferentially Tanto los enfermos, donde más de una veintena iban en silla de ruedas, como familiares e integrantes de las diferentes Hospitalidades, ocuparon las sillas que se colocaron en la explanada para poder seguir la ceremonia religiosa, además de los bancos de piedra laterales y la zona techada de la entrada al monasterio. Un grupo de voluntarios se encargó de ayudar a los peregrinos, especialmente a los enfermos.

En la homilía, el obispo, manifestó que “muchas veces olvidamos que tenemos que preocuparnos de aquellos hermanos que equivocadamente o no equivocadamente, no siguen el camino del Señor, al que en esta celebración le pedimos que nos de conciencia de que también nosotros somos pecadores, y ser conscientes de que  desde luego no es nada fácil practicar la corrección fraterna tal y como él nos indica”.

La ceremonia religiosa concluyó con la bendición del obispo con la Reliquia del Lignum Crucis. Seguidamente, la Reliquia fue trasladada al interior de la iglesia, donde fue venerada por los enfermos, familiares e integrantes de las diferentes Hospitalidades.

Finalmente, todos los peregrinos se desplazaron hasta Potes, donde pudieron comer una paella, en el interior de una carpa en el aparcamiento de La Serna.

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