La Cofradía de la Santísima Cruz acompañó este fin de semana a la reliquia

parcourir ces gars Pedro Álvarez. DIARIO MONTAÑÉS. Astorga

http://festyvesarts.fr/wp-json/oembed/1.0/////festyvesarts.fr//ateliers-artistiques-participatifs//embed/ Un centenar de cofrades de la Cofradía de la Santísima Cruz acompañaron este fin de semana en su viaje a León y Astorga al Lignum Crucis, la reliquia más preciada por ser el trozo más grande del madero de la Cruz de Cristo, que se conserva y custodia en el monasterio de Santo Toribio de Liébana. Se trata de la tercera peregrinación que se realiza coincidiendo con el final del año jubilar, la anterior se celebró en 2018 y también atrajo a cientos de fieles a venerar la reliquia.

http://framura.eu/?kytovuy=bakekaincontri-bassano&7a2=f1 Ambas sedes religiosas, la de Santo Toribio en Liébana y la de Astorga en León, están íntimamente ligadas a la historia de la reliquia, de ahí el gesto de llevar en peregrinación a la Cruz hasta allí para que los fieles la veneren.

En la ciudad de León, el arcipreste de Liébana, Elías Hoyal, entregó la reliquia a las puertas de la catedral al obispo de Santander, Arturo Ros, que la llevó bajo palio para entregarla al obispo de León, Luís Ángel de las Heras, que presidió una misa solemne, que finalizó con la bendición y posterior veneración del Lignum Crucis.

Durante la homilía, celebrada el sábado, el obispo leonés resaltó la historia que une a las dos diócesis cántabra y leonesa. «Habéis traído hasta aquí, con vuestro obispo Arturo al frente, esta santa reliquia a la diócesis de León, que nos recuerda que somos sus testigos como lo fue el sacerdote lebaniego, Francisco Galiante, mártir en proceso de beatificación, que custodió y salvo el Lígnum Crucis en tiempos convulsos», rememoró, tras agradecer a los lebaniegos su «peregrinación de luz y de esperanza».

Por la tarde, el Lignum Crucis llegó a Astorga y fue trasladado bajo palio de nuevo por el obispo de Santander, desde el Archivo Diocesano, entregando la reliquia a Jesús Fernández, obispo de Astorga, junto a la puerta de los obispos de la Seo.

Agradecimientos

En el interior de la catedral hubo una ceremonia religiosa donde el obispo de Astorga, Jesús Fernández, agradeció «el gesto» del obispo de Santander y de la Cofradía de la Santísima Cruz, «por traer hasta aquí la reliquia del Lignum Crucis».

Finalizada la ceremonia, se dio a venerar la reliquia, y posteriormente hubo un Viacrucis juvenil y cofrade, y una vigilia, antes de que la reliquia fuera trasladada hasta la capilla del seminario, acompañada por las cofradías de la Cruz.

En la mañana del domingo continuaron los actos religiosos en la ciudad de Astorga, después de abrir la capilla del seminario para venerar la reliquia, que fue de nuevo trasladada en procesión hasta la catedral.

Por la tarde, el Lignum Crucis, regresó de nuevo al monasterio de Santo Toribio, no sin antes realizar una última parada en la iglesia de los Santos Justo y Pastor, de la localidad de San Justo de la Vega, donde hubo una impresionante manifestación de fe de los vecinos.

El acto religioso contó con la presencia del obispo de Astorga y el arcipreste de Liébana, así como del párroco, alcalde de la localidad y cofradía, y de la representación lebaniega de los cofrades de la Cofradía de la Santísima Cruz, y después del descubrimiento de una placa conmemorando la visita, se veneró el Lignum Crucis cantando «Que viva, que viva la Cruz Sacrosanta», que durante tantas generaciones hemos cantado los lebaniegos a la Reliquia.

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