Un matrimonio con sus tres hijos pasan sus vacaciones veraniegas en la localidad lebaniega

http://systemelemaitre.com/?smerdit=site-de-rencontre-%2B-de-50-ans&c88=96 Viven en Alicante, pero todos los años están deseando que lleguen las vacaciones, para venir a disfrutar de un merecido descanso, en la casa que han construido en la localidad lebaniega de Ledantes, en el municipio de Vega de Liébana.

http://mt-creations.fr/wp-login.php?redirect_to=https://mt-creations.fr/wp-admin/network/index.php Luís Andreu y Belén Cabeza, tienen tres hijos; Diego, de diez años; Alonso, de doce, y Miguel, de diecisiete. Luís, es natural de Alicante, y Belén, de Dobarganes, localidad del mismo municipio donde tienen su casa, aunque cuando tenía dos años se trasladó con sus padres y una hermana a vivir a Alicante.

Luís, que es arquitecto técnico, recuerda que “conocí a Belén en Alicante, nos hicimos novios y en 1998 vine con ella por vez primera a Liébana. Me enamoró esta tierra. Desde entonces veníamos de vacaciones, de alquiler, pero en 2007 surgió la oportunidad de comprar una cuadra en Ledantes, y levantamos poco a poco desde los cimientos una vivienda, desde donde se domina un paisaje excepcional”.

Belén, su esposa, valora el buen ambiente que se respira en el pueblo, “donde venimos durante las vacaciones de verano, Semana Santa y Navidad. Nuestros hijos están encantados, porque en estos meses vienen muchas familias, y hay alrededor de treinta niños y jóvenes en el pueblo”.

El matrimonio es consciente de que “las posibilidades de realizar senderismo en la zona son inmensas, con un precioso hayedo, por lo que pasear diariamente en este entorno, es calidad de vida”.

Para el benjamín de la casa, Diego, “estamos deseando que lleguen las vacaciones de verano para venir a Ledantes. Me encanta estar aquí y tengo muchos amigos con los que comparto juegos y deportes”. Su hermano, Alonso, reconoce que “me divierto mucho más aquí que en Alicante, y además se está muy fresquito”.

Miguel, el mayor de los hermanos, valora “la tranquilidad y la seguridad que hay en el pueblo” y afirma que “disfrutar de las vacaciones aquí, si lo comparamos con una ciudad, no tiene comparación, ya que Diego, Alonso y yo,  solo vamos a casa a la hora de las comidas, y el resto del día disfrutamos bañándonos en el río con los amigos, o acudiendo al local de las antiguas escuelas, donde tenemos juegos y podemos ver incluso la televisión”.

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